De Duelo por la Atención a las Infancias.

Hace unos días recibimos la noticia de que una niña de 11 años que residía en la Zona Sur de la Ciudad de Buenos Aires murió por desidia.

Desidia que quienes trabajamos con les niñes y sus familias vemos cotidianamente.

Un sistema de protección de derechos arrasado, cada vez más. La salud que no llega a responder a tiempo y la escuela que hace malabares para sostener a quienes se caen en el desaliento. Escuelas que enseñan, alimentan y acompañan pero, pero que también «llaman». Encienden las alertas solicitando la intervención estatal frente a severas vulneraciones a los derechos que experimentan niñes… y la respuesta siempre se hace esperar, tarda en responder y si lo hace, ya es demasiado tarde.

La pobreza y el hambre son las principales formas de privación que padecen las niñeces del sur de la Ciudad. Y frente a ello, las viandas escolares también son parte de la transformación, salvo que la misma, redunda en detrimento de quienes menos tienen.

El vaciamiento del Sistema de Protección de Derechos de Niñes tiene consecuencias trágicas… siempre.

Ojalá que su muerte no sea en vano. Que levante las manos de muches exigiendo justicia.

El Estado es Responsable.