Tomando las palabras de la OMS, el Día Mundial de la Salud Mental de este año, se conmemora en un momento en que nuestras vidas cotidianas se han visto considerablemente alteradas como consecuencia de la pandemia de COVID-19. Los últimos meses han traído muchos retos: para el personal de salud, que presta sus servicios en circunstancias difíciles, y acude al trabajo con el temor de llevarse la COVID-19 a casa; para lxs estudiantes, que han tenido que adaptarse a las clases a distancia, con escaso contacto con profesores y compañerxs, y llenos de ansiedad sobre su futuro; para lxs trabajadores, cuyos medios de vida se ven amenazados; para el ingente número de personas atrapadas en la pobreza o en entornos humanitarios frágiles con muy poca protección contra la COVID-19; y para las personas con afecciones de salud mental, muchas de las cuales están todavía más aisladas socialmente que antes. Por no hablar de la gestión del dolor de perder a un ser queridx, a veces sin haber podido despedirse.

Sabemos que las consecuencias sociales y económicas de la pandemia, ya se dejan sentir por doquier. Por ello, la campaña del Día Mundial de la Salud Mental de este año se ha propuesto conseguir el incremento de las inversiones a favor de la salud mental.

Como Consejo Profesional continuamos bregando por:

• La plena implementación de la Ley Nacional de Salud Mental N° 26.657.
• Por Políticas Integrales de Salud Mental.
• Acompañamos el reclamo de usuarixs, trabajadores, familiares y organizaciones de Derechos Humanos en lo referente a la implementación de estrategias de atención en salud mental en el marco del COVID 19.
• Continuamos apoyando los reclamos de lxs trabajadores del Programa ADOP- ADOPI.