Trabajo Social en el ámbito judicial: riqueza de aportes que un estereotipo invisibiliza

Compartimos las reflexiones de la Mg. Graciela Nicolini

Recientemente una jueza caracterizó a las trabajadoras sociales como aquellas que “lo único” que hacen es “entrar en una villa o en un sector vulnerable” y hacer un informe y después irse a la casa, considerando además a dichas profesionales despojadas de poder.

Este estereotipo desconoce el potencial teórico y metodológico de Trabajo Social y sus específicos aportes al ámbito judicial.

Las y los trabajadores sociales del mismo intervienen con personas en situación de vulnerabilidad económica y social pero también subjetiva, trascendiendo contextos de pobreza como el aludido en el estereotipo.

Integrando el espacio, participan en el abordaje de problemáticas que afectan la vida cotidiana de individuos y sus familias, la cuales generalmente han excedido las posibilidades preventivas o restauradoras de las esferas educativas, de salud y/o asistenciales.

Esta inclusión, explicitada en normativas nacionales y locales, trasciende funciones diagnósticas (como podría surgir de la elaboración de un informe social) abarcando procesos interventivos dirigidos a la transformación de la situación problematizada.

Dando por sentado que, en el campo jurídico, distintos actores comparten y/o disputan esferas de poder, el lugar de las y los trabajadores sociales puede pensarse desde una auxiliaridad, condición en la que subyace una subalternidad. Pero también puede y debe entenderse la convocatoria en función de su expertiz en temas y áreas que exceden al derecho. Porque son profesionales expertos con capacidad para formular una lectura integral de la compleja realidad de las personas cuyas vidas son atravesadas por procesos judiciales, posibilitando, desde sus producciones escritas (los informes sociales) y demás intervenciones con los agentes del derecho, la toma de decisiones fundadas que rescaten la historicidad y singularidad de las situaciones, permitiendo dar voz a sus protagonistas e introduciendo narrativas que contribuyan a que los procesos judiciales estén al servicio de quienes los atraviesan, favoreciendo así la accesibilidad a derechos.

Esto supera ampliamente la caricatura de una visita a “la villa”. La intervención profesional puede incluir la entrevista en domicilio, pero será una entre otras técnicas. Todas se inscriben en un saber teórico y metodológico puesto al servicio de construir una visión que evidencie la complejidad de los asuntos judicializados; visión que pondrá en juego su poder al momento de la toma de decisiones propia del ámbito judicial.