Desde el Consejo Profesional de Graduados/as en Servicio Social o Trabajo Social de CABA queremos expresar nuestro repudio a la represión ocurrida en la jornada de ayer 28 de junio en pleno centro de la ciudad de Buenos Aires, en la que hubo heridos con balas de goma, una enorme cantidad de policías sin identificar y de civil golpeando manifestantes, así como detenidos (entre ellos dos adolescentes) que durante horas no se supo su lugar de detención. En la mañana de hoy se confirmó la liberación de todos/as.

La concentración convocada por movimientos sociales y cooperativistas bonaerenses que perdieron su trabajo en el último año, es expresión de la tremenda realidad que atravesamos el conjunto de los sectores populares y trabajadores: la pérdida de puestos de trabajo y de salario tanto en el sector del empleo formal como el informal tiene su correlato en la retracción de otras actividades laborales y de subsistencia: se caen las changas, los trabajos ocasionales y la capacidad de consumo en los barrios populares. La vulnerabilidad de amplios sectores sociales que se mantenían en los límites de la línea de pobreza, y que aceleradamente ven caer sus estrategias de vida y de generación de ingresos, está teniendo un impacto todavía subestimado y no dimensionado. La gravedad de esta realidad no se puede tapar ni buscarle eufemismos: lo que se está instalando es el hambre.

El ajuste trasladado también a las políticas públicas y sociales: por ejemplo las vinculadas a las cooperativas de trabajo o a las políticas de transferencia de ingresos (pensiones no contributivas, rumores de pagos suspendidos en el plan Progresar, entre otras), no hace más que seguir ahogando las múltiples estrategias de acceso a ingresos de los sectores populares.

La movilización reprimida ayer ante el Ministerio de Desarrollo Social fue precedida el día anterior por una movilización y reunión en el Ministerio de Trabajo, en la cual se ha fijado un salario mínimo vital y móvil vergonzoso de 8.860 pesos a partir del mes de julio, mientras la línea de pobreza está en los 14 mil. El consejo del salario (con rechazo de los sindicatos y decisión unilateral del gobierno) estableció aumentos en dos tramos, con lo cual el salario mínimo vital y móvil recién alcanzará los 10.000 pesos en Julio de 2018.

El símbolo no puede ser más elocuente: derrota para los/as trabajadores/as en las relaciones salariales un día; represión para los trabajadores/as expulsados del mercado de trabajo y que dependen de estrategias alternativas y el apoyo de políticas sociales, al día siguiente. Los Ministerios de Trabajo y Desarrollo Social, puntos de movilización, negociación, y claves en la configuración de la situación general y la cuestión social en esta etapa.

Desde este Consejo Profesional seguimos manifestándonos contra toda represión y como colectivo profesional posicionado desde la promoción y defensa de los derechos humanos. La política económica que ajusta y despoja de medios de vida a los sectores populares, acompañada de represión ante las expresiones de movilización y rechazo de estas medidas, no hace más que profundizar un conflicto social que tiene su raíz en la violencia estructural de la desigualdad y la pérdida de derechos.

Basta de ajuste y represión: dos caras de la misma moneda.