Los momentos de aniversario, especialmente cuando se cumplen ciclos históricos prolongados, suelen ser motivo de balances y análisis. A doscientos años del proceso independentista en nuestro país no sólo cabe el recuerdo de esas luchas y sus protagonistas, tanto en Argentina como en todo el continente, los proyectos en disputa en ese momento histórico, los sectores sociales que encabezaron y dieron forma a la construcción posterior al fin de la etapa colonial, lo logrado y las tareas inconclusas, sino que cabe y es necesaria una urgente mirada a nuestro presente.

Desde este Consejo Profesional expresamos nuestro repudio, compartido por un amplio espectro de organismos de derechos humanos, organizaciones sociales y políticas, por lo ocurrido en el marco de los desfiles militares del bicentenario: la presencia, y por lo tanto, la legitimación y reivindicación, de actores vinculados al terrorismo de Estado y la represión de la última dictadura cívico-militar.

Desde militares involucrados en el llamado “operativo independencia” en Tucumán (la antesala aún en periodo constitucional -año 1975- de los métodos desplegados sistemáticamente en todo el país desde el golpe del 76’), hasta ex carapintadas como Aldo Rico, con numerosos antecedentes de accionar anti democrático y contrario a los derechos humanos tanto en su actuación militar como en su historia de funcionario político, en la que se destaca haber sido el ministro de la “mano dura” en la provincia de Buenos Aires de Carlos Ruckauf.

Organizaciones de ex combatientes de Malvinas, como las nucleadas en la Asociación Combatientes de Malvinas por los Derechos Humanos y la Mesa de Coincidencias Malvinas, se expresaron en un comunicado rechazando participar en los desfiles organizados y con la consigna “No desfilamos junto a torturadores”, destacando que a 34 años de la guerra siguen abiertos los procesos judiciales por torturas y violaciones de los derechos humanos a soldados conscriptos por parte de personal militar que fue parte de los desfiles del bicentenario.

En lo que parece el colmo de los hechos lamentables, si es que fuera sólo un error o triste coincidencia y no directamente una provocación, en los desfiles que tuvieron lugar en la ciudad de Junín se pudo ver una columna de autos modelo Ford Falcon. La foto de un Falcon verde sin patente -símbolo de los grupos de tareas que secuestraban y desaparecían personas en la dictadura- como imagen del desfile y en el contexto que estamos describiendo, no genera otra cosa que rechazo y un llamado de atención.

Por otra parte, nos parecen dignos de reflexión los dichos del presidente de la nación, en tanto expresión de su análisis de la situación y la agenda de gobierno. Además de las ambiguas palabras sobre la “angustia” que habrán sentido los precursores de la independencia dichas ante el rey de España –invitado a las celebraciones, en las que no hubo ningún presidente americano-, el presidente caracterizó la etapa actual del país enfatizando lo “caro” que resulta a la sociedad el ausentismo laboral, el supuesto “exceso de licencias”, las reducciones de las jornadas de trabajo, entre otros aspectos vinculados a derechos y conquistas de los sectores trabajadores y el campo popular. Un diagnóstico de que la crisis y las dificultades del presente son producto de una especie de “despilfarro social”, del que todos y todas seríamos responsables. Planteo que nos parece necesario debatir y problematizar, al centrarse y enfatizar en derechos y en la vida cotidiana de las clases trabajadoras como uno de los aspectos causales de los problemas que atraviesa el país, y frente a los cuales el gobierno está decidido a hacer “lo necesario” en términos de ajuste y normalización.

Expresamos nuestra discrepancia con que este sea el diagnóstico, y de él se desprenda la agenda social del gobierno. Los derechos concebidos como gasto, y las conquistas laborales definidas como un “costo” para la sociedad, nos sitúan de lleno en la discusión sobre la producción y distribución (que implica identificar y problematizar la concentración) de la riqueza y los medios que la generan.

Compartimos estas reflexiones convocando a seguir construyendo un colectivo profesional activo y presente en la defensa de derechos y en el análisis crítico de la realidad social y las políticas públicas. Trabajamos para que este consejo profesional sea un espacio y una referencia activa en esa construcción.

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Consejo Profesional de Graduados/as en Servicio Social o Trabajo Social – CABA